Es bonito conocer mujeres. Mujeres de
verdad (me repito en esto). No quiero decir que hayan mujeres de
verdad y mujeres de mentira pero sí hay mujeres grandes y mujeres de
sexo femenino.
Ambas son válidas pero las primeras,
para mí, son más interesantes. Mujeres con una vida larga con tan
solo 20 años, mujeres que han dejado toda su vida y se han lanzado a
un mundo totalmente desconocido.
Me encanta conocer a esas mujeres, y lo
que más les hace grandes es que ellas no se ven grandes. Cuentan su
historia con sus ojos y ríen como niñas cuando les preguntas que
expliquen sus habilidades. Yo les digo: Aprovecha, es el momento para
echarte flores y decírtelo en voz alta.
El 95% de las mujeres a las que les he
hecho la pregunta, responden: Soy limpia.
Soy limpia! La primera vez que lo
escuché me sorprendió mucho porque pensé: Hay mil adjetivos que
podría decir de mí pero si me pidieran resumirlo a uno solo jamás diría limpia.
Por qué ellas lo dicen tanto? Es
porque es la cualidad que más valoran en una mujer? Es porque se
creen tan poco que no pueden halagarse a ellas mismas? Eso pensaba al
principio, interpretando que la palabra limpia significaba limpieza
doméstica e higiene, así que para que no sonara tan mal rellenaba el espacio de la respuesta
poniendo: “Le gusta la limpieza”. Pero hoy he entendido que no lo dicen con ese sentido sino que se refieren a limpieza de espíritu, a
nobleza, a honradez, a transparencia, a: Soy limpia, no te engañaré.
Soy limpia, no soy mala persona. Soy limpia, lo que ves es lo que
soy.
No sé si lo hacen conscientes o no pero es lo que transmiten. Me enamora su humildad, su sencillez en las respuestas, incluso
en las preguntas duras como por ejemplo: eres o has sido víctima de
violencia de género? Has sufrido discriminación desde que has
llegado?
“Sí, alguna vez, pero no les
hago caso”
Ahora relleno el espacio con: Es
limpia.
Sois limpias, me consta. Y sois madres,
y sois tiernas, y sois grandes, y sois MUJERES y agradecéis hasta la
extenuación...